sábado, 14 de mayo de 2016

Exie

Exie, no es posible que quieras irte en barco a buscar tesoros y no sepas nadar! -Gritó al ir arrastrando al chico de la mano.- Apenas puedo creerlo, que tal si hubiera una inundación, o si te hubieras caído del barco? Ya te me habrías muerto! -Exageraba, como siempre, pero ya se había acostumbrado a ello incluso podría sentirse orgulloso de saber que tanto de lo que decía era la realidad y que no.
–Jana no te escucharon 3 cuadras para atrás no quieres gritarlo con más fuerza por favor?- Aunque de mala gana, la seguía sin oponerse con la mano libre cubriendo el rostro por la vergüenza. No era posible que a alguien le diera importancia a ese dato tan insignificante y aun sabiendo eso le seguía apenando de sobremanera.– A donde vamos?
–Ya te lo dije! vamos a ir a donde yo aprendí a nadar cuando era una niña, es una escuela muy buena te lo prometo en cosa de días serás como un pez debajo del agua–
–Wow espera, no, es una escuela para niños? Jajaja no, no no no y no, bastante humillante es que no sepa…nadar–Susurro lo último mirando a todos lados esperando que nadie le hubiese escuchado. Jana lo miraba y se preguntaba “hmmm, quien es el exagerado ahora?”.– como para estar rodeado de un montón de niños y yo sea el único adolescente…–
–No vas a ser el único adolescente estoy ciento por ciento segura de que hay personas de todas las edades en la alberca –Acomodó sus anteojos redondos como platos observando el nombre de las calles antes de dar vuelta y seguir andando– Esto es lo que va pasar, te van a enseñar el lugar, te van a decir el costo, lo que tienes que llevar para poder entrar a la alberca, te vamos a inscribir y recalco vamos porque tu vas a pagar a mitad de la mensualidad y yo la otra, considéralo como un regalo de cumpleaños –Volteó a verle con una amplia sonrisa dibujada en el rostro.– Les vamos a decir que empezarás desde abajo que no sabes nada y ellos te van a ayudar.
–Es imposible discutir contigo, no se como hace tu hermano para soportarte, Banyuls– Resignado a lo que pasaría con él sujetó la mano de Jana caminando a su mismo paso sin darse cuenta del rojo que cubría sus mejillas.–
–Y-yo soy la que tiene que soportar a mi hermano–La voz pareció fallarle por un momento al responder.– Se pone de un humor terrible cuando le toca cocinar…tal vez debería de pedirle a la hermana de Luz que si quiere coquetear con mi hermano podría hacerle de comer.

Rieron y continuaron bromeando y hablando en lo que quedaba de camino a la escuela de natación Exie parecía bastante tranquilo hasta que pusieron un pie en la oficina del encargado. La habitación estaba llena de trofeos y medallas, fotografías colgaban de las paredes con placas que anunciaban el año en que se habían tomado, algunas eran realmente viejas, mantenían colores en blanco y negro, otras eran bastante recientes. Le llamó la atención la mandíbula de tiburón colgada justo detrás del encargado. La placa de su escritorio solo dejaba saber su apellido, era la primera vez que lo leía o escuchaba “Finore” no estaba seguro de como pronunciarlo ni de donde era originario. El encargado, un hombre de no más de 25 años de piel morena, cabello largo y rizado de color marrón sujeto a duras penas por una liga azul, sonreía con tranquilidad mientras buscaba unos papeles en los cajones.
–Primera vez entonces? –Tomó una pluma y comenzó a llenar el contenido de las hojas sacadas de su escritorio–
–A-ah sí es…mi primera vez…–El hombre rió con ternura, era obvio que intentaba tranquilizarlo pero no hacía más que ponerlo cada vez más nervioso–
–No te preocupes, es más común de lo que piensas, las personas vienen aquí por diferentes propósitos y de muchas edades, he recibido desde niños de no más de un año hasta personas realmente viejas de más de 50 no te tiene porque avergonzar el que no sepas nadar aun, si eres constante en un par de semanas nadaras con tanta naturalidad como el caminar.– Hizo el asiento para atrás levantándose de este y mostrando la entrada con la diestra sosteniendo la pluma y los papeles con la izquierda– Vayamos a las albercas, es mucho más fácil explicar lo que puedes ver a lo que no
–Estoy de acuerdo señor…–Esperaba que el hombre continuara la frase con su nombre, como era lo normal o eso pensó, pero este pareció no entender o simplemente no le importaba. Pero hizo esa mirada a la que Jana estaba tan acostumbrada, la de que la gente parecía juzgarla de loca o no entendía lo que estaba haciendo.– No importa…–Susurró levantándose del asiento junto con Exie–
Los tres salieron de la oficina y caminaron por un largo pasillo donde había más fotografías. Podía escucharse a lo lejos el eco de niños riendo, silbatos, el agua salpicando y gritos de lo que pensaba eran entrenadores. Cada paso era más difícil que el anterior, el terror comenzaba a petrificarlo de no haber sido por Jana lo más probable es que se hubiera quedado ahí o corrido directo a la entrada para nunca regresar. Bajaron por unas escaleras, al final se encontraban unos casilleros, a la derecha se encontraba una puerta con la palabra “Damas” grabada en color azul y a la izquierda otra con “Caballeros” de color rosa. Otra de as muchas cosas curiosas en ese lugar.
–Estas son las duchas y los vestidores, en los casilleros puedes dejar tu maleta, que obviamente necesitaras para traer una toalla, tu traje de baño, ropa, champo y el equipo de natación reglamentario para poder entrar en la alberca. Puedo darte más detalles si tomas la elección de estudiar aquí –Entre más lo escuchaban hablar más extraño les parecía su acento, parecía no ser de la ciudad–
El hombre mostró el camino a seguir con la diestra avanzando después que los dos más jóvenes. Jana miraba a Exie un tanto culpable por lo nervioso que se encontraba. Estaba claro que no preguntaría nada. Apenas abrió los labios para formular alguna pregunta cuando entraron a un enorme espacio donde se encontraba una piscina olímpica y otra más pequeña a su lado con 3 niveles para practicar clavados. Jana tenía que reconocer, incluso a ella le asustó ver lo oscura que estaba el agua de la fosa, prefirió no preguntar que tan profundo era o si alguien ya se había muerto ahí. De un lado de la alberca se veía una larga fila de niños en uno de los carriles haciendo ejercicios básicos con salvavidas o pequeñas tablas, en el siguiente carril se encontraban niños más grandes, el siguiente saltaba a una edad mucho mayor, chicos como la edad de su hermano de unos 18 años y en el último solo estaba un grupo de 5 adultos de edades de 30 hasta 50 años que parecía repetir el mismo ejercicio que los niños más pequeños. Ambos pudieron adivinar que los que tenían un traje de baño rojo eran los instructores, parecía no haber muchos, los que Exie pudo contar eran solamente 4. La voz del encargado interrumpió cualquier pensamiento en su cabeza.
–Dividimos las albercas, dos horas son para estos grupos, cuando acaba el tiempo hay una hora libre para los que vienen solo a nadar para relajarse un rato o entrenar por su cuenta– –La pregunta que mi amigo seguramente no quiere hacer es, en donde estaría él?–
–En el nivel uno –Y señalo, para los temores de Exie, el carril dos, donde el niño más grande parecía ser de 10 años– Exie no podía evitar sentir un nudo en la boca del estomago, ni siquiera el mismo sabía el sentimiento que el embargaba. Por ningún motivo estaría con los niños pequeños, era demasiada humillación pública.
–No es que me este oponiendo a sus reglas o que le haga mala cara al entrenador o que me desagraden los niños...pero no habrá otro lugar donde haya gente no se...más como de mi edad?– El de cabellos morenos mantuvo la mirada serie por unos momentos pensando en la pregunta, visiblemente confundido y apenado porque no tenía un grupo de chicos de su edad. Mientras pensaba en una solución esta llego corriendo a toda prisa cruzando todo el lugar hasta llegar a la fosa donde un pequeño grupo de personas lo esperaban y se quejaban de su retraso. El hombre sonrió ampliamente.
–Podemos darte un instructor personal en la hora donde estan los de nado libre, no son muchos, dejan uno de los carriles libres, ahí puedes estar, es lo único que tengo–
–Nos lo llevamos! –Alzó la voz entusiasmada– Llenemos esos papeles Exie para que ya mañana puedas venir a nadar.
Apenas pudo asentir con la cabeza cuando la rubia se lo llevó de la mano de vuelta a la oficina del encargado con este ultimo viniendo a paso tranquilo detrás de ellos. En sus labios se dibujaba una sonrisa que hacia evidente el que en su mente se estaba formulando un plan que Exie no estaba seguro si le gustaría. Ya dentro de la oficina se terminaron de llenar los papeles, se hicieron unas firmas y le dieron la lista de cosas que debía de traer.
Tu horario es el de las 6 de la tarde, yo voy a presentarte a tu entrenador mañana –De nuevo esa sonrisa hizo curvar sus labios, que clase de plan maligno estaría ideando?– Si no hay ninguna duda nos vemos mañana para tu primer día–
–Si, gracias– acomodó el fleco asegurandose de que le cubriera bien el ojo derecho antes de levantarse y salir del lugar junto con su amiga. –Una cosa antes de que se vayan –Ambos se detuvieron en el marco de la puerta– necesitas traer una liga en el cabello, no queremos que vayas a ahogarte con el cuando estés nadando–Fuera una broma o no logró espantar al de cabellos morenos. Algún día Jana Banyuls se las pagaría y su venganza sería dulce.

2 comentarios:

  1. Todo lo que puedo sacar de este capítulo, es: ser emo es malo, te causa problemas el cabello largo, tanto así que hasta te puedes ahogar.
    Me gustó la historia :)

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    1. jajajajajaja grandes enseñanzas por Karla
      me da gusto <3

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